El Futuro de las Elecciones

By Richard W. Soudriette

Presidente Fundador, Fundación Internacional para Sistemas Electorales


En 1996 lideré la misión de observación de la Fundación Internacional de Sistemas Electorales (IFES) que monitoreó la elección presidencial en Filipinas. El largo proceso de contar papeletas marcadas a mano, que duró aproximadamente dos meses, dio pie a la diseminación de información falsa como nunca antes había visto. Según recuerdo, este fue mi primer encuentro con las fake news, un fenómeno que amenaza hoy a las democracias del mundo entero.

Un poco de historia

El término fake news, o noticias falsas en castellano, se ha convertido en parte del vocabulario electoral. Sin embargo, las noticias falsas no son nuevas. En el año 27 a. C. fueron usadas por César Augusto para desacreditar a sus rivales durante su intento de tomar el trono luego de que el emperador romano Julio César fuera asesinado. En 1898, la guerra hispano-estadounidense comenzó a raíz de una historia falsa sobre el hundimiento de un barco de guerra norteamericano en el puerto de La Habana. En el siglo XX, Joseph Goebbels dirigió el Ministerio del Reich para la ilustración pública y propaganda, que perfeccionó el uso de las noticias falsas como arma política, permitiendo la ascensión del nazismo en Alemania.

En la primera lucha organizada contra las noticias falsas, la Sociedad Americana de Editores de Noticias estableció un código de ética en 1922 y adoptó una declaración de principios que sigue en efecto hasta hoy. Estos principios incluyen la libertad de prensa, responsabilidad, independencia, verdad y precisión, imparcialidad y equidad como los fundamentos del periodismo. Lamentablemente, en las últimas tres décadas estos estándares periodísticos han sido debilitados por la aparición de las noticias por cable, el declive del periodismo en medios impresos, y el crecimiento de las redes sociales.

Un modelo de negocio disruptivo

Los cambios drásticos en el periodismo en las décadas recientes han surgido debido a la explosión de los canales en redes sociales y la credibilidad inmediata que le otorgan muchos usuarios, como si fueran fuentes legítimas de noticias. Las redes sociales generan la mayor parte de sus ingresos vía publicidad; por ende, su modelo de negocios está diseñado para maximizar la interacción del usuario y promover contenido viral y aumentar así las vistas de sus páginas y la difusión entre usuarios. Las compañías diseñan algoritmos para lograr esto sin importar cuál sea el contenido, o su veracidad. 

Cabría preguntarse entonces, si los periódicos y la televisión han dependido de los ingresos por publicidad durante años, ¿qué hace que las redes sociales sean diferentes? En los Estados Unidos, un artículo de legislación llamado la «Sección 230» previene que las redes sociales y las páginas web sean demandadas por el contenido ilegal u ofensivo que sus usuarios postean en ellas. La legislación, originalmente establecida para proteger a los proveedores de Internet, trata a las redes sociales como intermediarios neutros: como vendedores de periódicos en lugar de editores que deciden qué se imprime en los mismos.

El panorama de los medios de noticias y su nuevo modelo de negocio han llevado las noticias falsas electorales a un nivel sin precedentes.

Desestabilizando incluso a las democracias más sólidas

En 2014, los oficiales de ciberseguridad del Reino Unido descubrieron una campaña de noticias falsas proveniente del extranjero para desestabilizar el referendo de independencia escocés. La ex primer ministra Theresa May condenó la interferencia rusa en el referendo de Brexit de 2016. El Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales recientemente citó ejemplos de supuestas operaciones internacionales de noticias falsas, diseñadas para desestabilizar las elecciones en Europa. Hay indicios de que las noticias falsas rusas trataron de influir en las elecciones de 2014 en Ucrania.

El fire hosing, o “manguera de falsedades” en castellano, es una táctica popular de los operadores cibernéticos, quienes usan las redes sociales para bombardear países con noticias falsas para socavar sus elecciones. Episodios conocidos de este método fueron usados por agentes externos en 2017 y 2018 para alterar elecciones en República Checa, Francia, Alemania, Países Bajos y España.

El FBI y las agencias de inteligencia norteamericanas han documentado interferencia rusa en las últimas dos elecciones presidenciales en los Estados Unidos, en buena parte canalizada a través de las redes sociales. Igualmente, en 2016 el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos descubrió que los servicios de seguridad rusos intentaron hackear bases de datos con registros electorales en 21 estados.

En las elecciones de 2020, las agencias de inteligencia norteamericanas identificaron interferencia cibernética de China, Irán y Rusia. Trece días antes de la elección, la Agencia de Seguridad Nacional y el FBI revelaron que operadores internacionales habían hackeado bases de datos de registros electorales en Alaska y Florida. El ex director nacional de inteligencia, John Ratcliffe, citó evidencia de que hackers iraníes habían enviado correos electrónicos amenazantes a votantes en Florida. Estos correos fueron redactados para dar la impresión de haber sido enviados por grupos de ultraderecha norteamericanos.

En este complicado contexto, con noticias falsas y la pandemia de COVID-19 en su punto más álgido, la mayoría de los observadores objetivos catalogan la elección norteamericana de 2020 como un rotundo éxito. Contó con una participación electoral de 66%, la más alta en medio siglo. El antiguo director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), Christopher Krebs, dijo que la votación de 2020 había sido “la elección más segura en la historia de Estados Unidos”. Sin embargo, debido a las noticias falsas, la elección se vio envuelta en controversia.

¿Qué pueden hacer los Organismos Electorales? incorporar a todas las partes interesadas

El fenómeno de las noticias falsas es una amenaza a la democracia y al derecho al voto, el cual está reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU. Con actores internacionales y domésticos que buscan beneficiarse de las noticias falsas, y un panorama mediático que todavía se recupera de cambios disruptivos, no hay una ruta clara a seguir.

Los Organismos Electorales (OE) tienen la obligación de combatir las noticias falsas, que socavan la credibilidad de las elecciones libres y justas. Ya no basta con que los funcionarios electorales gerencien sus elecciones de manera eficaz y competente, también deben manejar el flujo de información relativa a la elección e incorporar a todas las partes interesadas para combatir las noticias falsas. Estos son algunos pasos para seguir en la lucha contra la desinformación y la información errónea:

  • Actualice su plan de comunicación electoral de crisis al menos una vez al año. De esta manera, permanecerá al corriente con sus mensajes, métodos, materiales y circunstancias cambiantes.
  • Apoye la colaboración entre las redes sociales y los verificadores de hechos durante el período electoral. Estas plataformas pueden ayudar a afrontar y contrarrestar la diseminación de información falsa.
  • Estimule la comunicación y la colaboración con otras jurisdicciones electorales antes y durante una elección. La buena coordinación facilita la lucha contra la información falsa.
  • Al afrontar las noticias falsas, dirija la atención hacia noticias sólidas y hechos confiables. Cuando son confrontadas con materiales y hechos respaldados por buenas fuentes, las noticias falsas tienden a desaparecer.
  • Apoye los esfuerzos para mejorar la evaluación de la calidad de las fuentes de información, a través de educación y capacitación.

Como alguien que vive en México y tiene experiencia monitoreando sus elecciones, he visto de primera mano cómo las noticias falsas pueden operar impunemente. A pesar de esto, las autoridades mexicanas han realizado un trabajo admirable combatiéndolas. Las autoridades confrontan historias falsas constantemente, monitoreando de cerca los medios de comunicación y realizando conferencias de prensa frecuentes para mantener a todos informados. La comunicación y la transparencia han sido ingredientes claves para el éxito de México. Hay tres palabras que resumen su receta para el éxito en la lucha contra las noticias falsas: transparencia, transparencia y más transparencia.

Los OE también deben trabajar para aliviar las tensiones políticas y hacer que los actores electorales sean una parte integral de su estrategia para crear confianza en el sistema. Los partidos políticos y los líderes electos, de su parte, deben competir responsablemente y no socavar el proceso electoral. Deben estar dispuestos a aceptar el resultado de la elección sin importar si ganan o pierden.

En 1988, tuve la oportunidad de observar una elección en el Reino Unido donde todos los candidatos aplaudieron a las autoridades electorales por su trabajo luego de que los resultados fueron anunciados frente a las cámaras. Las noticias falsas tendrán mucho trabajo para prosperar cuando la clase política esté comprometida a respetar el proceso y el sistema, como fue el caso en el Reino Unido en 1988. Los partidos políticos deben tratar de educar a sus simpatizantes de manera veraz y evitar la difusión de rumores.

Una democracia saludable requiere de un electorado informado. Los legisladores y líderes de opinión tienen la responsabilidad de evitar difundir noticias falsas. El periodismo requiere de reportajes precisos, responsables e imparciales. Las compañías de redes sociales deben bloquear proactivamente el contenido de noticias falsas antes de que se haga viral.

Los individuos deben informarse con fuentes noticiosas con información balanceada y objetiva. Es imperativo que haya educación cívica en las escuelas primarias y secundarias para que los futuros votantes comprendan mejor sus derechos y responsabilidades cívicas, y entiendan cómo funcionan las elecciones y la democracia.

El nirvana electoral no existe, al igual que no existe un sistema electoral perfecto. El proceso electoral debe adaptarse a cada democracia. Es vital que éstas busquen constantemente formas de mejorar sus elecciones y se esfuercen para mantener a su electorado plenamente informado. Como nos recordó el presidente John F. Kennedy, “la ignorancia de un votante en una democracia perjudica la seguridad de todos”.

Notas

  1. BBC Bitesize: A Brief History of Fake News. 2021. Disponible en www.bbc.com
  2. BBC.com: Facebook, Twitter and Google face questions from US senators. 28 octubre, 2020. Disponible en www.bbc.com/news/technology-54721023
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  5. Giles, Christopher, Robinson, Olga, and Sardarizaydeh, Shayan. U.S. Election 20020: How a misleading post went from the fringes to Trump’s Twitter. BBC. 6 noviembre, 2020. Disponible en www.bbc.com
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  11. Tennis, Maggie. Russia Ramps Up Global Election Interference: Lessons for the United States. CSIS. Washington, D.C. July 20, 2020. Disponible en www.csis.org.