El Futuro de las Elecciones

Por Gracia Hillman

Ex Comisionada de la Comisión de Asistencia Electoral de Estados Unidos (EAC)

“Cada vez que una mujer se defiende a si misma, defiende a todas las mujeres»– Maya Angelou 

Las mujeres llevan a cabo roles importantes y a menudo ignorados en la conducción de elecciones a nivel mundial. Los votantes, candidatos electorales, y promotores de iniciativas de votos y referendos dependen de un estándar universal de elecciones libres y justas. Las mujeres proporcionan esa certidumbre con orgullo mediante su trabajo en las juntas y comisiones electorales. La evidencia sugiere que las mujeres son líderes confiables y efectivas. Como es el caso en muchas otras profesiones, las mujeres están subrepresentadas en el nivel más alto de la administración electoral. Las democracias se beneficiarían de corregir este error.

“Cada vez que una mujer se defiende a sí misma, defiende a todas las mujeres”, dijo la poetisa y activista de los derechos civiles norteamericana Maya Angelou. Estas sabias palabras reflejan la importancia de incluir a las mujeres en el personal electoral. La representación de género en las instituciones públicas debe ser una meta inmediata en las democracias contemporáneas. La representación en los organismos electorales no sólo es moralmente correcta, es una obligación. Una comisión electoral que sea representativa de un pueblo en términos de etnicidad, raza, habilidad y género ayudará a garantizar que los intereses de todos los grupos sean considerados, haciendo las elecciones tan inclusivas como deben ser.

Evolución del rol

El director general de elecciones (CEO por sus siglas en inglés) de hoy en día es un profesional que sirve como un funcionario gubernamental de alto nivel. Es importante que a esta destacada posición se le reconozca con ese nombre. El trabajo se conoce por varios títulos, incluyendo comisionado, juez o secretario. A medida que la democracia sigue evolucionando a nivel mundial, también lo hace el trabajo del CEO.

En la mayoría de los países, los cuerpos legislativos determinan cómo y cuándo se celebran elecciones. El rol de CEO existe como complemento: esta persona es responsable de preparar, organizar y conducirlas. El trabajo del CEO es exigente, complejo y ha evolucionado a lo largo del tiempo, pasando de un trabajo administrativo a medio tiempo y ocasional a uno profesional a tiempo completo.

La forma en que se realizan las elecciones comenzó a cambiar a mediados del siglo 19. En Estados Unidos y en otras democracias occidentales estos cambios fueron impulsados por:

  • La adopción del registro electoral, que requirió que los funcionarios electorales recibieran aplicaciones de los votantes y mantuvieran listas de estos.
  • La transición de boletas suministradas por partidos políticos a boletas secretas suministradas por los funcionarios electorales locales, las cuales requerían preparación y recursos adicionales.
  • La adopción de máquinas de votación mecánicas, que necesitaban ser almacenadas y mantenidas.

Esta complejidad creciente le otorgó a esos roles un nivel de importancia que los hombres codiciaban y asumían mediante sus privilegios. Al mismo tiempo, las mujeres estaban luchando por el sufragio universal e igualitario, y por sus derechos de tener posiciones de importancia en los gobiernos, elegidas o designadas.

El ascenso de algunas mujeres para llegar a ser CEO ha estado ligado a la naturaleza histórica del trabajo. Inicialmente, cuando el trabajo era primordialmente clerical y había mucho menos requisitos, era relegado a las mujeres. Por ende, había muchas mujeres brillantes trabajando en el campo, quienes desarrollaron el conocimiento, las habilidades y destrezas para convertirse en CEO. Otras mujeres se incorporaron al campo electoral a través de una adaptación inteligente de habilidades relevantes de otras profesiones.

La igualdad de género en cifras

Una investigación realizada en marzo de 2022 por IDEA Internacional a más de 200 autoridades electorales en todo el mundo reveló que, en promedio, solo el 22 % de los organismos de gestión electoral están presididas por mujeres. Las Américas, con un 38 %, muestra las mejores cifras de equidad. A nivel mundial, hay poca diferencia entre juntas gubernamentales (24%) y juntas independientes (21%).

Dado que las mujeres constituyen el 80% de los funcionarios electorales locales (USEEOC)[1], Estados Unidos parece, a primera vista, ser una historia de éxito. Sin embargo, un análisis más profundo revela disparidades persistentes. Históricamente, la conducción y adjudicación de elecciones en los EE. UU. se ha asignado a alguaciles, jueces y otros roles similares tradicionalmente dominados por hombres.

Por lo tanto, mientras que las mujeres en los EE. UU. ocupan la mayoría de los puestos de administración electoral, ocupan menos puestos de alto nivel de liderazgo y muchos menos puestos prestigiosos e influyentes como los de directora general de elecciones. Por ejemplo, las mujeres representan alrededor del 85% de los administradores en jurisdicciones con menos de 25.000 votantes registrados. Ese número cae al 47% en jurisdicciones con más de 250.000 votantes[1]. De hecho, cuatro de las cinco jurisdicciones electorales más grandes de los EE. UU. están dirigidas por hombres.

En los Estados Unidos, el hecho de que la mayoría de las mujeres que trabajan en elecciones se encuentran en roles que no son de liderazgo refleja en gran medida el estatus general de las mujeres en la política y los negocios. En 2020, solo el 5% de las empresas del S&P 500 estaban dirigidas por mujeres. El Informe Global de Brecha de Género 2022 del Foro Económico Mundial muestra que, en 156 países estudiados, las mujeres representan solo el 22,9 % de los escaños parlamentarios y solo el 16,1 % de los ministerios en todo el mundo. Por lo tanto, se hace evidente que aumentar el porcentaje de mujeres como líderes, en la política y en los órganos de gestión electoral (OGE), es todavía un trabajo pendiente.

El valor del liderazgo femenino

El CEO de hoy debe desempeñarse como un ejecutivo de alto rendimiento. La polarización política, las informaciones falsas, las amenazas de ciberseguridad y otros retos exigen una gerencia eficiente. Las mujeres están demostrando que están capacitadas para las tareas ejecutivas, su éxito y efectividad son prueba. Una y otra vez, los hallazgos muestran que las mujeres brindan habilidades demográficas únicas a las posiciones ejecutivas.

Investigaciones han demostrado que las compañías que tienen a una mujer como ejecutiva líder tienen mejor desempeño que aquellas donde es un hombre[1]. En un estudio que examinó el género y los estilos de liderazgo, los investigadores hallaron que, en comparación con los hombres, las mujeres emplean más el liderazgo transformacional (inspirador, cuidadoso y motivador).

Por su parte, los hombres líderes tienden a adoptar un estilo de gestión por excepción (solo intervenir cuando los problemas se vuelven severos) junto con un estilo de liderazgo laissez faire (están ausentes cuando son necesitados).[1] Adicionalmente, encuestas de tanto supervisores como subordinados mostraron que la gente cree que las mujeres líderes son mejores tanto en comunicarse con otros como en mostrar consideración.[2] Aunque la investigación se enfocó en ejecutivos de negocios, sigue siendo aplicable en reputación y resultados a las mujeres que lideran organismos electorales. Con colaboración y determinación, existirán más oportunidades para que las mujeres realicen este importante trabajo.

El CEO hoy en día

Muchas décadas pasaron para que las mujeres alcanzaran el estatus de CEO. Los admirables logros de las mujeres que hoy dirigen organizaciones electorales deben ser acogidos y celebrados. Estos logros son un buen presagio para la igualdad futura de las mujeres en el campo profesional de la gestión electoral. Además del servicio público en sus jurisdicciones, muchas CEO participan en programas de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales de gobierno que preservan las elecciones libres y justas, y promueven mejores prácticas no partisanas.

La norma es que las personas no conozcan o no piensen en el CEO del país, región, estado o jurisdicción gubernamental local donde residen. Sin embargo, y sin pensar en ello, los votantes dependen del CEO para garantizar que las elecciones libres y justas sean protegidas y garantizadas.

A lo largo de las décadas, las mujeres trabajaron expresamente para alcanzar el estatus de CEO, teniendo que superar los obstáculos tradicionales de la discriminación por género. Las mujeres buscan de forma innata la igualdad y la participación igualitaria con los hombres, incluyendo tener el mismo derecho al voto y ejercer cargos gubernamentales donde se tomen decisiones. La valentía de las primeras mujeres en ejercer el cargo de CEO en su jurisdicción es admirable; sufrieron violaciones de su privacidad y de su integridad personal, incluyendo acoso sexual, hostigamiento por su género e incluso violencia física. Estas mismas formas de violencia se presentan en el mundo actual mediante el acoso y el hostigamiento cibernético. Las violaciones de privacidad se facilitan enormemente con lo que es posible hoy en día en Internet.

La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas afirma que “todas las formas de violencia y discriminación” impiden que las mujeres participen en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida, y por lo tanto, no deben tolerarse. En marzo de 2021, a través de sus Conclusiones Acordadas, la Comisión se comprometió a seguir trabajando para “reconocer la necesidad de acelerar significativamente el ritmo del progreso para garantizar la participación y el liderazgo plenos, equitativos y significativos de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones en…el sector público.”

Generalmente, el CEO es el ejecutivo electoral de más alto rango y tiene los mismos niveles de responsabilidad que los altos ejecutivos de cualquier otro gobierno o empresa, privada o gubernamental. Los directores ejecutivos son la cara pública y la voz del proceso electoral en su jurisdicción. Es importante que las niñas y los niños vean esta igualdad. Esta exposición temprana a las mujeres líderes las motiva, especialmente a las niñas, a convertirse en ciudadanas plenamente comprometidas.

El grado de inclusión de mujeres en el personal electoral es un indicador importante del nivel de participación de las mujeres en los procesos electorales y políticos y, en última instancia, en la toma de decisiones. Los expertos coinciden en que el compromiso político activo, tanto de mujeres como de hombres, fortalece el desarrollo democrático de los países. La Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), en su documento ‘Indicadores Sensibles al Género para la Alerta Temprana de Violencia y Conflicto’, señala que “las necesidades diferenciales de género a menudo se pasan por alto en el análisis, la planificación y la implementación de actividades electorales. Esto impacta negativamente en la participación de las mujeres como votantes, candidatas y administradoras electorales”.

Las políticas y los programas de organismos electorales pueden influir en el grado en que las mujeres pueden participar en las elecciones. Esta consideración debe extenderse a todas las actividades y decisiones que tomen los organismos, así como en sus interacciones con otras partes interesadas.

A nivel mundial, los organismos electorales se están preparando para los próximos pasos en el avance de la realización de elecciones. Las directoras ejecutivas están en el puesto adecuado en el momento adecuado para trabajar con organismos legislativos e internacionales para preparar el futuro. Los votantes necesitan y merecen una excelente administración electoral.

Notas

  1. En un estudio que examinó el género y los estilos de liderazgo, los investigadores hallaron que, en comparación con los hombres, las mujeres emplean más el liderazgo transformacional (inspirador, cuidadoso y motivador). Por su parte, los hombres líderes tienden a adoptar un estilo de gestión por excepción (solo intervenir cuando los problemas se vuelven severos) junto con un estilo de liderazgo laissez faire (están ausentes cuando son necesitados).

  2. Adicionalmente, encuestas de tanto supervisores como subordinados mostraron que la gente cree que las mujeres líderes son mejores tanto en comunicarse con otros como en mostrar consideración.

  3. Aunque la investigación se enfocó en ejecutivos de negocios, sigue siendo aplicable en reputación y resultados a las mujeres que lideran organismos electorales. Con colaboración y determinación, existirán más oportunidades para que las mujeres realicen este importante trabajo.